lunes, 4 de abril de 2011

Personas

Hace tiempo que, por circustancias de la vida, me privé de uno de los mayores placeres (aunque no sé si definirlo como placer, es un bien necesario) de la vida, las personas.

Y es que entré en una racha donde las nuevas personas que entraban a mi vida eran personas sumidero, destructivas o aprovechadas (algún día te presentaré mi clasificación de personas). Casualidades de esta existencia que esa racha no fue demasiado fructifera.

Últimamente estoy invirtiendo esa tendencia, conociendo personas con la capacidad de crear, de motivar, de escuchar, personas de bien. Y es que para un ser sin maldad es el doble de difícil crear una sonrisa cuando la cosa no está fina, pero le es el doble de fácil recrearse en la tuya, siempre.

Podría venir aquí y hacerme el duro, el implacable, el insensible, el macho ibérico. Pero no, para mí es tan fácil quejarme como dar las gracias, por eso hoy vengo a darselas a todo aquel que crea, ilusiona, motiva y apoya, siente y ten en mí a un igual.

Gracias.